El futuro está afuera
Tomás Sánchez V. Director Accenture Digital @TomsAwaki
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Tomás Sánchez
Innovar es difícil. Toda empresa que se ha embarcado en la tarea de desarrollar una nueva línea de negocio, de replantear su propuesta de valor, de evolucionar su cultura o de competir con startups en la arena digital, sabe lo complejo que es dar esa batalla. Las empresas son organizaciones que están entrenadas para operar un proceso una y otra vez en forma eficiente y eficaz. No están diseñadas —ni sus incentivos están puestos— para ser flexibles, dinámicas o reinventarse cuando sea necesario. Por lo mismo, incluso las compañías más en la vanguardia a nivel mundial, como Google y Amazon, buscan su futuro fuera de sí mismas.
El Corporate Venture y la Innovación Abierta son tendencias que crecen cada día más, no sólo como herramientas rentables, sino como fuente de valor para grandes empresas que necesitan de nuevas ideas y propuestas para sus clientes. Llegar a resultados diferentes no se logra con las mismas técnicas que hicieron exitosos a los negocios tradicionales en el pasado. Por lo mismo, Google ha comprado más de 200 compañías en los últimos años y Accenture invierte más de US$ mil millones anualmente en adquirir nuevas capacidades. Eso no se da en forma satelital como un ejercicio de M&A, sino que en forma integrada con el resto de la empresa. No son buenas prácticas financieras, sino que parte central dentro de la estrategia de la compañía.
Todos sabemos cómo Amazon se ha transformado en el gran referente del retail. Comenzando por los libros, hoy vende prácticamente todo lo que alguien pueda buscar. Sin embargo, casi el 50% de su margen operacional viene de otro lugar alejado del “core business”. Comúnmente conocido como AWS, su línea de servicios de cloud o soluciones digitales es algo orientado a empresas, completamente técnico y alejado del retail. Así vemos cómo potencialmente una de las innovaciones más valiosas para Amazon no vino de su negocio tradicional, sino que de la exploración de oportunidades complementarias, pero fuera de su zona de confort. Alexa, otra de sus banderas disruptivas, tuvo su origen en la compra de una startup que desarrolló la base del procesamiento de lenguaje natural. Nuevamente, Amazon, por muy capaz que sea, sabe que otros saben más.
En Chile, la reciente alianza entre Unilever y Algramo también da cuenta de cómo un gigante del consumo masivo encontró en un pequeño aliado el ingrediente necesario para renovar la propuesta de valor a sus clientes. A veces las espaldas financieras y el tamaño no son suficientes, e incluso pueden jugar en contra a la hora de tener la velocidad y flexibilidad necesarias para lanzar un nuevo producto al mercado, o para implementar una nueva solución al interior de la empresa.
Existe una gran oportunidad en lograr alianzas con startups para resolver muchos problemas de las grandes empresas. Lo importante es entender de que esto no consiste simplemente en contratar a un par de proveedores. Es necesaria una visión que considere la brecha cultural, operacional y tecnológica entre diferentes mundos, y que entienda que superarla es una meta de mediano plazo. Incluso la forma de gestionar y medir estos nuevos pasos es diferente. Una mirada estratégica que incorpore el apalancarse en el ecosistema es una directriz eficaz y buena apuesta de negocio.